Siguiendo una iniciativa de la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA) el pasado día 2 de diciembre se desarrolló en el Aeropuerto de Barcelona El Prat un simulacro de secuestro aéreo.
Participando en él más de un centenar de personas, incluyendo a personal de la Guardia Civil, Policía Nacional, efectivos del Ejército del Aire, Aena, Mossos d’Esquadra, Protección Civil y algunas figuras de la delegación del Gobierno español.
Básicamente, el objetivo era entrenar al personal implicado en este tipo de sucesos y comprobar que la normativa a utilizar es la adecuada, y que ésta se aplica adecuadamente. De este tipo de eventos se sacan conclusiones posteriores que permiten perfeccionar este tipo de procedimientos.
Para el simulacro, la compañía aérea Vueling cedió un Airbus A320 con pasajeros procedentes de Argel. Una vez aterrizado en el aeropuerto de Barcelona con normalidad, sus pasajeros han sido desembarcados y se ha procedido al embarque de pasajeros locales.
Cuando desde el centro de controladores del aeropuerto de Barcelona se confirmó el supuesto secuestro, se activaron los protocolos de seguridad pertinentes, y efectivos de la Guardia Civil, la Policía Nacional y los Mossos d’Esquadra se incorporaron a los comités de intervención en secuestros aéreos.
Tras el contacto con los secuestradores para conocer sus pretensiones y la negociación prevista, el desenlace del ejercicio ha desembocado en el asalto del avión por parte de las fuerzas de seguridad de la Unidad Táctica Especial con la última finalidad de reducir a los captores y la consecución del ejercicio.