A cuatro días de que empiecen los Juegos Olímpicos de Invierno en Sochi (7-23 febrero, Sochi, Rusia), Rusia se ha volcado con la seguridad del evento y ha activado una serie de medidas antiterroristas, esta vez relacionadas con la seguridad aérea. Las primeras se activaron hace casi un mes, cuando encontraron cuatro coches con cinco cadáveres con heridas de bala en en la región de Stávropol —a sólo trescientos kilómetros de Sochi. En las últimas semanas han tenido lugar una serie de sucesos que han puesto a la Organización de los Juegos y a las fuerzas de seguridad en alerta máxima, que quieren tener bajo control todo el evento y a sus participantes. Así, la prohibición vigente en toda Europa y muchos otros países de transportar líquidos y geles en el equipaje de mano (hasta ahora permitida sólo en cantidades pequeñas) ha quedado anulada, y se prohibe su transporte en el equipaje de mano. Recordemos que esta medida de seguridad se aprobó en Bruselas en el 2006, cuando se descubrió la amenaza del transporte de explosivos líquidos en aviones con rumbo a EEUU procedentes de Reino Unido, y que en estos días precisamente parece que se ha relajado un poco. Como viene siendo habitual, esta medida no se aplica a las bebidas compradas en los Duty Free del aeropuerto o a los «medicamentos, necesidades dietéticas especiales y alimentos para bebés, en las cantidades necesarias para el tiempo de vuelo».