Ayer martes 15 de junio llegaron al Aeropuerto de Barcelona El Prat los restos mortales de treinta y dos víctimas del accidente fatal de Germanwings, el que costó la vida a 150 personas el marzo pasado.
Los pasajeros eran, de hecho, de 18 nacionalidades distintas, aunque muchos de ellos eran alemanes y cincuenta de ellos españoles. Los cuerpos han sido repatriados a Barcelona en un avión de carga de la compañía madre de Germawings, Lufthansa, que aterrizó en Barcelona-El Prat sobre las 5 de la tarde. Muy discretamente se trasladaron los féretros a la zona del hangar de Iberia.
No todos los cuerpos de los fallecidos españoles han llegado al aeropuerto barcelonés, algunos han sido trasladados directamente a sus lugares de origen. Los familiares de trece de las víctimas se han hecho cargo de los cuerpos de sus familiares nada más llegar, y éstos han sido trasladados en coches fúnebres a sus lugares de descanso.
El Centro cultural aeronáutico de El Prat ha hecho las veces de tanatorio hasta que los familiares de las víctimas han ido haciéndose cargo de su traslado. En su interior se han habilitado diecinueve pequeñas salas de vela con un espacio en el que se ha colocado el féretro y una sala contigua en la que podrán estar los familiares, que disponen de sofás, servicio de restauración y personal médico, así como doctores o psicólogos a su servicio.
Los familiares de las víctimas habían pedido expresamente discreción y respeto en el acto. La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, y la delegada del Gobierno en Cataluña, Llanos de Luna, que han hecho acto de presencia en el sencillo tanatorio, no han hecho ninguna declaración pública.