La compañía Vueling dejará de ofrecer hoy, 30 de septiembre, la ruta que une las ciudades de Barcelona y Pamplona, dejando a esta última Madrid Barajas como su única conexión.
El aeropuerto de Noáin, en Pamplona, no nutre de suficiente tráfico a la aerolínea como para que le resulte rentable, lo cual no es de extrañar, pues que este año se estima que no se superen los 170.000 pasajeros, menos de la tercera parte de las personas que usaron el aeropuerto en 2007.
Y lo cierto es que las conexiones con la capital han aumentado su frecuencia, pero por tren. Al tiempo que los grandes aeropuertos del entorno, como Bilbao y Zaragoza, por su cercana ubicación, son más cómodos para los usuarios y Noáin no llega a ser lo suficientemente competitivo. Aunque el gobierno pretende fomentar el uso del avión frente al del tren, fuentes oficiales indican que no será antes del año que viene.
Con este abandono, el aeropuerto navarro pierde una de sus dos líneas regulares, quedando Madrid como único destino posible con cuatro servicios diarios ofrecidos por Iberia. En esta línea se especula que su filial, Air Nostrum, recupere las operaciones entre Pamplona y Barcelona como hacía antes de que Vueling asomara la cabeza, allá por marzo.
De la misma manera que Vueling, Air Nostrum dejó de operar la ruta por falta de beneficios. Anteriormente, la compañía Helitt se repensó abrir la ruta con Barcelona el Prat, cuando en octubre del 2012 anunció que finalmente no abriría tal conexión. Es un poco la historia de reducción de rutas y frecuencias que se vienen dando desde julio del 2010, cuando Iberia empieza por reducir el tamaño de los aviones que viajan a Pamplona. Le siguen una serie de redicciones y retiradas que anuncian el declive de este inmenso aeropuerto, recién ampliado en 2010, y con un presupuesto de 45 millones de euros de inversión por parte de AENA.