La crisis de los 737-MAX, la crisis del Covid-19, y unas pérdidas acumuladas por una política de expansión durante los últimos años que algunos medios han tildado de cuanto menos “demasiado optimista”, ha provocado que finalmente la aerolínea Norwegian, la del morro rojo, la tercera mayor aerolínea de bajo coste de Europa; haya hecho público en un comunicado la decisión de dejar de operar sus rutas internacionales hasta marzo de 2021, para poder centrarse así en la creación de una nueva Norwegian. Sólo se mantendrán algunos vuelos en Noruega, señala el consejero delegado Jacob Schram.
Y es que la del morro rojo, muy tocada económicamente, no ha podido aguantar más, y ojalá que en el futuro la aerolínea sea capaz de reinventarse volviendo a ofrecer ese servicio low-cost de calidad a precios competitivos con los que había conseguido fidelizar merecidamente a tantos usuarios.
Pero los guerreros de la nariz roja (o como así llama cariñosamente su consejero delegado Jacob Schram a los empleados de Norwegian en el citado comunicado), los aproximadamente 1.300 guerreros de España no están conformes con el despido por parte de la aerolínea. Los sindicatos Sepla (de pilotos) y USO (de tripulantes de cabina) han presentado una demanda contra Norwegian por “cesión ilegal de trabajadores”. Es decir, acusan a la compañía de desentenderse de las posibles indemnizaciones por despido y del pago de las cuotas a la seguridad social, al desentenderse Norwegian de la empresa intermediaria que venía utilizando para realizar las contrataciones de sus tripulaciones (Norwegian Air Resources Spain, propiedad de Norwegian y OSM). Ahora, con la cancelación por parte de Norwegian de los acuerdos sobre contratación de tripulaciones entre ambas empresas, las tripulaciones de Norwegian en España quedan en manos de OSM, que es una proveedora de tripulaciones y no una aerolínea, y OSM no tiene donde colocarlos.
Pese a que este tipo de contrataciones es a día de hoy legal y así lo realizan muchas aerolíneas, los sindicatos acusan a Norwegian de realizar una trama con empresas intermediarias para, en situaciones como la actual, poder eludir sus responsabilidades como empleadores reales que son de las tripulaciones que desarrollan el trabajo en su aerolínea.
¿Volverá el pájaro del morro rojo a volar por España?